22 agosto 2007

LA CANCION DE NOSOTROS


- Tengo frío

- Ponete así. Me gusta tenerte así.

- La pierna. Acá. Así.

- ¿Estás bien?

- ¿ Y vos?

- Muy

- Ah.

- ¿De qué te reís?

- Para mí, fue una sorpresa. Quiero decir: después. Me parecía increíble que el mundo no hubiera cambiado. Me miré al espejo y yo tampoco había cambiado y me mordí los labios. Quise estudiar y no pude. Quise estar con mis amigas y no pude. Quise escribir cartas, quise trabajar. Quise dormir y tampoco pude.

- ¿De eso te reís?

- No me bañé. Tenía tu olor en todo el cuerpo.

- ¿De eso?

- No, no. Después te digo.

- Ahora.

- No. Después

- No me interesa.

- Entonces te lo digo. Lo bien que me caés. Eso.

- ¿Eso? ¿ Y entonces yo?

- ¿Qué?

- Mucho más que eso. Contigo no siento miedo de nada

- Mirá que no soy una santa. Me como las uñas. Te advierto.

- El miedo es una porquería.

- Y sí. Pero ¿quién no siente miedo?

- ¿Vos sentís?

- No tires ahí la ... No seas chancho.

- ¿Miedo de qué? ¿ De que estemos así, como estamos?

- No sé. O sí sé. Siento, como cualquiera.

- Pero juntos, no. Juntos estamos a salvo. Al miedo lo ponemos bajo la suela del zapato y crash: lo aplastamos como a una porquería.

- Oigamé, Pirata. Prométame, Pirata.

- La escucho. Prometo.

- ¿En serio?

- Sí.

- Nunca vamos a dejar que esto se pudra ¿Eh? No vamos a permitir nunca que esto se pudra.

- ¿Nada más que eso? Es fácil.

- No

- ¿No qué?

- No es nada fácil.

- Si usted lo dice.

- Y nunca nos vamos a lastimar. ¿Nos prometemos eso? Es peligroso.

- ¿Dejar el cuero en el alambrado?

- Algó así. Puede ser

- Tanta alegría. Es un regalo. ¿Por qué nos vamos a joder? No me gusta que te pongas solemne.

- ¿Qué hora es? Uy, hace dieciocho horas que estamos por levantarnos.

- Nos vamos a enfermar

- Tendríamos que levantarnos.

- Nos vamos a evaporar.

- ¿No íbamos a ir al cine?

- ¿Cuándo fue eso? ¿Ayer? ¿Anteayer?

- ¿No íbamos a bajar a comer?

- Si. Tendríamos que levantarnos.

- Esto es mejor que Búster Keaton

- Esto es mejor que todo

- No hay nada que ...

- Ponete así. Así. Me gusta dormir así.

- Vas a dormir.

- No. Zonzo. Quiero que te quedes. Quedate. Quiero

- Yo también quiero. Cuando era chico, me alcanzaba con querer una cosa con muchas ganas, para que ocurriera. Cerraba los ojos, pensaba con todas mis fuerzas en eso que quería y zácate: ocurría.

- Cuando yo era chica, lo que quería era un telescopio.

- ¿Uno de esos grandes, que usan los astrónomos?

- Uno enorme. Yo lo había visto en el museo. Como no tenía telescopio, siempre me parecía que se había escapado alguna estrella.

- ¿Y eso te importaba?

- Vivía deseando que se viniera la guerra. Una guerra bien grande, para mezclarme con los japoneses y robarme el telescopio. Alguien iba a romper los vidrios a patadas y yo iba a aprovechar y me iba a escapar corriendo con el telescopio entre los brazos. Pero solita no me animaba.

- Hubieras probado

- ¿Y vos?

- ¿Yo? Yo era católico, cuando chico.

- ¿Cómo es creer en Dios, Mariano? Nunca creí.

- Como creer en la revolución, me imagino. Te da la misma alegría y la misma sensación de no estar solo. Cuando era chico, yo no sentía miedo nunca. Pero un buen día...

- No, nada.

- Me gusta escucharte

- Nada

- Andá, no seas malo.

- Dame un cigarrillo.

- Esperá, no apagues

- Quiero decir que un buen día, lo buscás, y no está. Quiero decir: perdés a Dios como se pierde una cosa. Algo que se cae del bolsillo. Como se pierde un encendedor, así.

- Para mí, Dios era un señor de barba que metía miedo a los demás.

- Para mí no.

- Ya veo

- Era mucho más que eso, para mí. Todavía no sé con qué se rellena ese agujero.

- Ahora es usted el que se puso solemne, Pirata.

- Puede ser. Perdoná.

- Pero... Mariano. Estás triste. Te vino la tristeza.

- No.

- ¿No qué?

- No estoy triste.

- Sí estás.

- Sí. Estoy.

- No hay que hablar tanto

- No.

- Uno no debería.

- Si arruina todo por culpa de las palabras.

-

- Mirá

- ¿Qué?

- Los pájaros, en la ventana

- Hace rato que vienen pasando.

- Se va a venir tormenta, me parece, y nos vamos a mojar.

- Sí. Al irnos, nos vamos a mojar.


E.Galeano. La máquina