08 enero 2008

CUENTAME


Cuéntame cómo vives.
Ven a mí, cara a cara;
dime tus mentiras (las mías son peores),
tus resentimientos (yo también los padezco),
y ese estúpido orgullo (puedo comprenderte).


Cuéntame cómo mueres.
Nada tuyo es secreto:
la náusea del vacío (o el placer, es lo mismo);

la locura imprevista de algún instante vivo;
la esperanza que ahonda tercamente el vacío.

Cuéntame cómo mueres,
cómo renuncias -sabio-,
cómo frivolo- brillas de puro fugitivo,

cómo acabas en nada
y me ensenas, es claro, a quedarme tranquilo.


G.Celaya