El aire se llenó de puertas,
entonces entendí
que habías desaparecido
demasiado rápido,
tanto, que no estaba preparada
para empezar sin vos.
Sentí el batir de alas,
corazón lleno de alas,
manos llenas de sombra
perderse entre las ramas,
y detrás, el misterio
de otro día de inalcanzables hojas.
Por el filo más agudo del sueño,
volví a correr hasta alejarme
de todo aquello que dolía,
que abofeteaba la ventana triste
harapienta, como
la lonja rota de un tambor.
Hay algo oscuro,
que está golpeando todas las puertas,
un crecido llanto de viento
y en el segundo que dura un relámpago
el miedo, disfrazado de ruido
vestido de jamás.
Valizas,Rocha/08