Voy del amor
hacia tus noches
y casi sin piedad
te abandono
en el momento
exacto del sueño
cuando
repetís
mi nombre.
Me vuelvo
cara invisible
no soy el ojo
que ve,
escondo
mi cuerpo,
desisto abrazarte
y robo el silencio
que alerta a tus ojos.
Sin atrapar
mi nombre
y mi lugar
en esta noche,
reconociendo
tus amores,
tus miedos
y fracasos
yo, voy naciendo
de mi propio
llanto.