28 mayo 2009

Para construir "madrugadas esperanzadas.............utópicas"



















Para mi cumple, Fer me regaló lo que siempre quise tener y por razones económicas no había podido comprarme : "Obras completas" de Felisberto Hernández.

Sacó su tarjeta de crédito y marcando la zeta del Zorro en plena librería, se transformó en acto heroico en Diego de la Vega....yo, abracé a esos libritos como mi sobrino a sus backyardigans.

Como siempre comencé la lectura por cualquier lado, tocó: MANOS EQUIVOCADAS:


A Margarita:

Hoy serían las cuatro de la tarde cuando llegaron a visitarme las jóvenes y alegres palabras que me enviaron tus manos. Las conocí desde lejos porque venían como siempre en una pequeña carta azul. Son las once de la noche y todavía no han terminado su visita.

Cuando todavía no era de noche, llamó en el portón de mi casa un mensajero: me traía una carta de una amiga: entonces pensé que las palabras de tu carta habrían aprovechado ese momento para irse; pero enseguida las sentí en mi cabeza. ¿Pasarán toda la vida conmigo? No comentaré lo que ellas dijeron porque temo se enojen y nunca más me muestren sus encantos. Además son pocas. Ya no todas quedan sonando en mi soledad. Ni las que tienen más amplia sonoridad son las que alcanzan los rincones preferidos. No sé quien las apaga ni cómo es la calidad o el secreto de su penetración. No sé cuáles son las que logran llegar, posarse y quedar dormidas sobre los misteriosos objetos que están escondidos desde quien sabe cuándo en los más oscuros desvanes. Pero allí esperan desconocidos silencios para levantar de nuevo su apagada sonoridad de recuerdo.

Mándeme siempre palabras de larga permanencia.


A Margarita:

Ya sé. Te extraña que desde hace tanto no te escriba. Pero hace mucho que una noche, el viento cambió de dirección mi desesperación, dobló mi angustia para otro lado. Me reí de mí como si hubiera descubierto que había andado con el alma dada vuelta del revés, con las costuras para los demás y la trama suave para mí mismo. Revisé los oscuros trazos de mis cartas y me di cuenta de que mis manos se habían equivocado: en lo que dieron y en lo que esperaban. Había hecho un esfuerzo inútil por deducir un poco de misterio. Tal vez ese poco lo puse yo. Había sufrido mucho porque aunque mis amigas tuvieran una libertad inteligente y un espíritu lleno de colores me escribieron muy poco.

Pero aquella noche que el viento cambió su soplo, alguien desde la calle, llamó a mi corazón. Y él; desde mi sueño, se deslizó hasta el mundo. Entonces, como solamente él era capaz de buscar las cosas que me interesaban, nunca más busqué ni me interesé por nada. Ni siquiera lo he buscado a él mismo.


Promete......promete.....


Ayer a poquitos días de mi cumple, y a otros menos poquitos días del 30 de mayo, 15 años de la muerte de Onetti, Fiorella, me entregó mi regalito de cumple: "Construcción de la noche. La vida de Onetti"........yo abracé ese librito, como mi sobrino abrazaría a una Fender (si la tuviera!)

Ayer comencé a leerlo:

"Sí, fue una infancia feliz- escribió Onetti una vez- Pero tal vez no exista ningún período de la vida tan profundamente personal, tan íntimo, tan mentiroso en el recuerdo como éste......Decir la infancia implica sin remedio un fracaso equivalente a contar los sueños"


Promete.......promete......