No existe lo justo.
Lo necesario pasa sin tocarme,
y asumo el pretexto para dejarlo pasar.
Sigo contando estrellas.
La Cruz del Sur crucifica sueños
y detiene los vientos para no dejarme dormir.
Las grullas están atrapadas por la cuerda que las atraviesa,
y yo maldita, atravesada por la misma cuerda,
sin poder planear.
Mido la distancia que nos separa del sol
y encuentro el motivo del peso de mis ojos,
y escribo sin juicio en espera de todos los tiempos.
Es inútil cerrarse el sobretodo de los días
que pasan sin defensa propia,
sin sentir el pulso de mi iris abriendo
y cerrando a cada diente tuyo.
No existe lo justo y necesario,
y viceversa, amor y viceversa, que siga soplando fuerte.