26 julio 2011

1/2 camino

















 
Los amaneceres ya no vienen como días en línea. Descarriados en las manos vacías parten como sombras sin consuelo. Respuestas olvidadizas, tarde o temprano salvadoras, revelan que ha sido un juego echarle aire cargado de oxígeno a los pulmones. Pero me defiendo del salto del ahogo, del tormento inmóvil rehaciendo equívocos y en un acto creador y rebelde, convierto el ataque en obligada resignación.