Sigue lloviendo sobre Mon-tres-video (ya que estamos pa la nostalgia!), y para hacer más llevadero el fin de semana, les presento a SIMPLICIO BOBADILLA que no es más ni menos que el escritor Serafìn J.García en su libro "intitulado" "Los partes de Don Menchaca”.
A mi este libro me puede mucho desde los 11 años, tanto así, que siempre está mas que a mano! así que antes de que diga cualquier boludez les dejo una parte del prólogo de Don Mario:
“…..siempre ha sido fácil burlarse de
un pelma, de un ignorante, de un cretino, y conseguir que el lector simpatice
con el autor de ese tipo de humorismo. Más fácil es lograr que el lector se
olvide del humorista y simpatice directamente con el pelma, el ignorante o
cretino. Cuando ello acontece no significa en realidad una justificación de
esas cualidades del personaje, sino simplemente un éxito de comicidad. El
lector simpatiza con ese cretino en particular (aunque todos los otros cretinos
del mundo le provoquen santa indignación), simplemente porque le hace reír. En
mayor o menor grado, todo lector tiene prejuicios y principios morales,
políticos o religiosos. El mayor éxito de un humorista es lograr que el lector
simpatice con un personaje que arremete violentamente contra tales patrones.
Aparentemente, esto es lo que consiguen los partes de don Segundo Menchaca. Si
quienes están francamente contra la corrupción política de este tiempo, pueden
empero simpatizar con don Menchaca, convicto y confeso de toda corrupción,
significa que la tentación de la risa puede más que las obligaciones éticas.
Son copartícipes de esa proeza el lejano, finisecular origen del caricaturesco
don Menchaca, el responsable colector Simplicio Bobadilla y – last but not least- un consecuente y conocido
maestro de este último: el poeta y narrador Serafín J.García”.
M.Benedetti (1969)
y ahora sí: "UN CASO DE AUTOPRISIÓN"
“Puntas
del Arrayán Chico, juño 30 de 1896”
Señor
Gefe Polìtico y de Polecía del Deto.,
Comandante
don Anjelino Pimienta.
(De
mi mallor confidensialidà y reserva).
Apresiable
Usía:
Con la asoluta combinsión de que su
larga esperiensia autoritaria, así como los betustos lazos de amistá y
compañerismo partidario que lo unen al suscrito, le permitirán comprender y
disculpar lo acontesido, paso iso fato a relatarle un hecho sanguiño que tubo
lugar antiller en la sesión de mi encumbensia, y del cualo quiso el siego y
caprichoso destino que fuese yo uno de los atores primojénitos, haviéndolo sido
por la parte contraria al finado Ciriaco Azambuya, Q.E.P.D., el pobre, pues al
fin y al cabo, no porque me haiga bisto en la penosa necesidá de esonerarlo de bida-
cosa que, dicho sea de paso, se produjo en el ardor de una biril rellerta
criolla,sostenida frente a frente, como cuadra a los barones de nuestra omérica
raza simarrona- voy a guardarle rencor a su memoria póstuma, ni tampoco a su cadáber,
cosa que, como Usía comprenderá, sería indina de este arcaico y anegado servidor
de la Patria.
La causa habiente del hecho
necrolójico en que tube tan atiba y bitoriosa partisipasión, y del cualo fue único
probocador el finado Azambuya- bítima propisiatoria, después de todo, de sus
propios hábitos belijerantes- se originó en una pasífica jugada de truco que el
suscrito,hasiendo un paréntesis a sus móltiples tareas autoritarias y buscando
distraer un poco la persona, estaba delusidando amistosamente con tres biejos besinos
y correlijionarios, cullos nombres no bienen al caso.
Resulta que en una buelta el finado
Azambuya, que actuaba de mirón, como era su costumbre, le pasó la seña de mis
cartas a uno de mis albersarios, el cualo entonces me serró el quiero con una
flor de veintiocho al resto que yo acababa de echarle con otra de beintitrés,
ganando así un partido que yo y mi compañero teníamos ya en la uña. Por
supuesto, aquella atitú me sulebó la sangre, y lebantádome iso fato lo rebolqué
de un rebés al finado, el cualo, demostrando una entolerable falta de respeto a
la autoridá que represento, echó mano al facón y se me bino al humo,
obligándome a deserrajarle consecuitibamente los seis tiros de mi rebólber, cosa
que hise con el sano propósito de juleperarlo nomás, pero con tan mala suerte,
que tres de las balas hirieron mortoriamente al culpable esclusibo de este desbenturado
hecho sanguiño, una en la nuca, otra en la espalda izquierda y la tercera en el
riñón derecho, motibando su istantáneo
y natural deseso.
En bista de lo espuesto dispuse que el
cadáber del finado causante fuera entregado a sus deudos, a fin de que le
dieran cristiana sepoltura, y me constituí en prisión en esta Comisaría, donde
me tengo encomunicado hasta que Usía disponga lo pertinente, que sin duda será
mi libertá, pues de lo espuesto se desprende con toda claribidensia que la
culpa de su meresido fallesimiento la tubo el propio finado, lo cualo deja por
completo a salbo mi responsabilidá personal y autoritaria.
A la espera de que se dine ordenar sin
demora la susodicha libertá me despido subalternamente de Usía, a quien Dios
conserbe muchos años la salú y el puesto.
A ruego del Comisario don Segundo
Menchaca,
por no saber firmar: ESMERALDO
ZIPITRÍAS,
Escribiente”
Por la copia: SIMPLICIO BOBADILLA
Jajaja......con la satifasiòn del deber cumplido, y sin otro motibo me dino en saludarlos con la benebolensia y conmiserasión de siempre!
buen finde!