Nunca me quedo
quieta
no sé lo que
es el suelo
quisiera
tener abrojos en los dedos
para prender y
brotar sorprendida
ya habrá
quien diga -desde afuera-
o que sugiera
lo contrario,
un homicida de
tempranas despedidas,
una boca, en
la noche de ausencias
duermo bien, despierto
mejor
los sueños se
han quedado en los recuerdos,
lejos de mis
ventanas, fieles a mis sentidos
a veces iluminan
melancólicas gaviotas
pero los
silencios en mi son poco frecuentes
las fuentes
son mas silenciosas que yo
espero un
signo todavía,
con las manos
tendidas hacia el viento del sur,
descalza y sin emitir un solo suspiro
que el temporal devuelva el olor de los jazmines
de vez en
cuando, advierto tu voz perdida
se acaba
el pan de la risa, los apuros, los jazmines
aparece lo terrestre, el desconsuelo
resucitan ambiguos el tiempo , el espacio
y el olvido, que
tanto se parece al llanto.