14 noviembre 2012

Dedos



Nunca me quedo quieta
no sé lo que es el suelo
quisiera tener abrojos en los dedos
para prender y brotar sorprendida

ya habrá quien diga -desde afuera-
o que sugiera lo contrario,
un homicida de tempranas despedidas,
una boca, en la noche de ausencias

duermo bien, despierto mejor
los sueños se han quedado en los recuerdos,
lejos de mis ventanas, fieles a mis sentidos
a veces iluminan melancólicas gaviotas
pero los silencios en mi son poco frecuentes
las fuentes son mas silenciosas que yo

espero un signo todavía,
con las manos tendidas hacia el viento del sur,
descalza  y sin emitir un solo suspiro
 que el temporal  devuelva el olor de los jazmines

de vez en cuando, advierto tu voz perdida
 se  acaba el pan de la risa, los apuros, los jazmines
 aparece  lo terrestre, el desconsuelo
 resucitan ambiguos el tiempo , el espacio
y el olvido, que tanto se parece al llanto.