No supimos hacer del silencio una virtud.
Por hablar demasiado fuimos perdièndonos de vista,
no vimos como crecía nuestro silencio
(se hacía mayor, incomprendido),
y màs tarde, por callar a destiempo,
no supimos reparar el olvido adolescente,
la separación de bienes intangibles,
la crisis matrimonial de las palabras.
Ventura Camacho
"De Nagasaki a Novosibirsk"
http://venturacamacho.blogspot.com/